martes, 10 de marzo de 2015

LA CASTAÑA O BUEN PAN, RICA Y NUTRITIVA AL ALCANCE DE TODOS.


El castaño o buen pan posee una textura suave y carnosa. Su color oscila entre el verde claro, el verde amarillento, y el amarillo. Su carne es una pulpa fibrosa y cremosa, con un 60% de almidón y se le atribuye más proteínas que el plátano o el ñame. Pero lo más sorprende es la variedad de platos que se pueden elaborar con este fruto, pese a que su consumo es mínimo en la gastronomía criolla e incluso el buen pan es poco conocido. Y es que este pan parido por la tierra se cultiva de manera silvestre en los suelos en regiones tropicales.

Por lo regular crece en los patios de las casas, y nacen, crecen y se reproducen prácticamente solos. Quienes conocen el fruto aseguran que se puede degustar hervido en trozos, en mangú, frito, puede formar parte de los trozos que componen el sancocho, en dulces con leche y en batidos también con leche, para estos dos últimos preparados debe estar sumamente maduro, cuando este fruto se va poniendo un poco dulzón.

 También frito.  Si decide hacerlo de esta forma, es preferible escoger el fruto nuevo o sin madurar. Para prepararlo solo tiene que pelar el fruto, retirar su centro, partir en forma de papa rallada o en trocitos, esperar que el aceite esté bien caliente y echar a freír con sal. Forma y tamaño. El buen pan (castaño) es generalmente redondo, ovalado y mide entre 9 y 20 cm de ancho y más de 3 decímetros de largo, como un melón. Puede pesar desde 8 o 9 gramos hasta 13 libras. La piel tiene entre 5 y 7 capas, cada una de las cuales pertenece a una flor individual. La textura es suave y carnosa. No es muy común encontrarlos en los supermercados, pero en el interior e incluso en los mercados seguro los encuentra.

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