Uno de cada cinco extranjeros con residencia legal en España se fueron en un lustro (1.018.090, un 18 por ciento de los que había), en un período marcado por la crisis y en el que 306.660 españoles también se marcharon ante la imposibilidad de encontrar un trabajo acorde a su formación, o simplemente un empleo.
“La evolución de la población va de la mano de la economía”, ya que cuando esta empeora la gente se tiene que ir y cuando mejora viene, explica a Efe la profesora de Geografía Humana en la Universidad de Navarra Dolores López.
España padece en estos años un descenso de habitantes, con factores como el éxodo de extranjeros y nacionales; el envejecimiento de la población – cada año mueren unas 400.000 personas – y la baja natalidad, en la que también repercute la salida de extranjeros dado que sus tasas son más altas.
“Si España es destino migratorio cuando su economía va bien, es lógico que deje de serlo cuando va mal”, agrega López, quien no quiere ser “catastrofista” ya que, en su opinión, una mejora de la situación conllevaría tanto la vuelta de los españoles que se han ido como una nueva remesa de inmigrantes.
La nacionalidad más afectada ha sido la ecuatoriana con la salida de 223.189 personas, más de la mitad de los que había en 2010, hasta quedar en 176.000 los integrantes de la colonia que reside en España.
También son numerosos los colombianos que se han marchado a buscar suerte en otro lugar, 141.383, mientras que 151.258 se han quedado.
Para el Instituto Nacional de Estadística (INE), la consecuencia es evidente: en 2010 España tenía 47.021.031 ciudadanos, de los que 5.747.734 eran extranjeros, y ahora tiene 46.624.382, de los que 4.729.644 son foráneos.
Los efectos de la crisis económica iniciada en España en 2008 están detrás del éxodo de ciudadanos, lo que situó a finales de 2015 la tasa de desempleo en 4.779.500 personas, el 20,9 por ciento, según datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA).
“Hay gente para la que incluso estando en crisis es mejor opción España que sus propios países”, manifiesta López.
También han hecho la maleta gran parte de los bolivianos que residían en España en 2010, año desde el que se han marchado 86.794 y cuya población se ha reducido a 126.375.
Así como la mitad de los peruanos que residían en España y, tras la salida de 69.070, sólo viven en este país 71.112.
El INE advierte de que en el caso de ecuatorianos, bolivianos, peruanos y colombianos parte del descenso es consecuencia de la adquisición de nacionalidad española, proceso por el que dejan de ser considerados extranjeros.
También han abandonado España 56.936 argentinos (75.313 residen aún en este país); 43.945 brasileños (73.863); 16.236 paraguayos (69.451) y 15.897 dominicanos (75.315).
Menos numerosos son los rumanos que se han ido desde 2010, 78.967, por lo que continúa como la nacionalidad que más presencia tiene en España, con 752.268 ciudadanos.
Sin embargo, los procedentes de China, Pakistán y Ucrania han aumentado su presencia en España, hasta llegar a 191.638; 77.695 y 91.004 residentes, respectivamente.
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