Qué quieren las mujeres?”, se preguntan los hombres, y al mismo tiempo estas se interrogan sobre qué desean los varones. Entender al género contrario parece uno de los grandes misterios de la humanidad, y en su terreno se han librado infinidad de batallas de la llamada guerra de sexos.
Por tanto, cabe reflexionar durante unos instantes cuál será la mejor herramienta para averiguar qué piensa el género contrario sobre nosotros. Y un cierto número de investigadores, psicólogos y ensayistas, han llegado a una conclusión bastante lógica: preguntando a unos y otros qué piensan realmente sobre sus compañeros del otro sexo.
Es el caso de una encuesta publicada realizada por TrèsSugar y AskMen, que aseguraba, entre otras cosas, que sigue siendo importante ver en sus candidatos a un hipotético marido en el futuro, que no se fiarían de sus compañeros si alguna vez existiese una píldora anticonceptiva masculina, que hombres y mujeres deberían alternar a la hora de pagar en un restaurante y que Barack Obama es el político más masculino. Ah, y que el 66% de ellas han fingido en la cama alguna vez.
A los hombres les cuesta expresar sus sentimientos .Un proyecto semejante es el que el psicólogo y divulgador Shawn T. Smith se ha propuesto llevar a cabo bajo el nombre de La guía para mujeres sobre cómo piensan los hombres: Amor, compromiso y la mente masculina, que afirma, publicará en 2014. Curiosamente, casi el mismo título que recibe un volumen publicado el pasado año por Sam Geraldo, un seudónimo bajo el que se encuentra el encargado de la página web SeduceMen, y en la que preguntaba a sus usuarios qué era lo que realmente pensaban sobre el sexo opuesto: sus conclusiones son, por ejemplo, que la mayor parte de hombres no saben “ofrecer empatía y apoyo emocional”, que no saben cómo responder a preguntas capciosas y que si recibes una respuesta seca a sus preguntas, mejor dejarlo estar.
Incluso existe una página web, Understand Men Now, donde su responsable, el autor Jonathon Asley, asegura conocer todas las claves que el sexo femenino necesita para comprender al polo opuesto, y que pasa por, entre otras cosas, entender que la mayor parte de hombres huyen de sus emociones, que necesitan sentirse deseados y que, por lo general, van más lentos en una relación que una mujer. La batalla por la comunicación Por ello mismo, Shawn Smith abrió el pasado mes de mayo una encuesta online en la que preguntaba a hombres y mujeres su opinión sobre el sexo contrario, y aunque aún falte mucho para poder hablar de los resultados finales de la investigación, ha recogido algunas de las expresiones más llamativas en un artículo publicado en Psychology Today, bajo el nombre de Qué aman las mujeres de los hombres, a pesar de que en él se refleje tanto lo positivo como lo negativo que las mujeres ven en los hombres.
¿Qué es exactamente lo negativo? Las respuestas señalan principalmente en dos direcciones: por una parte, que los hombres son incapaces de expresar lo que piensan, o peor aún, de hacerse entender. Libros cerrados que fuerzan a sus compañeras a tener que realizar alambicados procesos mentales para averiguar qué está pasando por sus cabezas, lo que conduce, por tanto, a esos frecuentes malentendidos que perjudican la vida en pareja. “No leemos las mentes. Si los hombres no comunican exactamente lo que están pensando, llegamos rápidamente a nuestras propias conclusiones.
No debería ser culpa nuestra cuando los hombres se enfadan por ello”, señala uno de los testimonios obtenidos por el llamado Geraldo. “Nunca entenderán hasta qué grado la falta de comunicación nos hace daño”. En segundo lugar, se encuentra contra todo pronóstico, el estoicismo masculino, es decir, su capacidad para aguantar dificultades y callarse todos los problemas hasta que es demasiado tarde.
“A veces pienso que si hay una expresión de furia, al menos sabes que algo ocurre con la relación, pero si simplemente sortean los problemas, es que no hay relación”, señala una de las consultadas. “Los hombres ignoran las dificultades hasta que es demasiado tarde”, añade otra. Aunque, claro, no todo son desventajas, sino que también permite que los hombres sean capaces de no sucumbir en los complejos e intrincados devaneos mentales en que muchas mujeres reconocen caer. “Está bien poder estar con alguien y no discutir todo el rato”, señala en ese sentido otra de las consultadas.
Los hombres son mejores en matemáticas y las mujeres, en los idiomasNo todo son malas noticias para el bando masculino, que se dará cuenta de que lo que se creían virtudes (ir al grano) en ocasiones computan también como defecto, pero con frecuencia, siguen siendo vistas como algo positivo: “no tienen mucha complicación, y es fácil convencerlos”, se recoge en el texto de Smith. ¿Otras virtudes? Son protectores (“me gustan sus abrazos”), no cotillean a tus espaldas (“no hacen juicios injustificados y generalizaciones a partir de pequeños detalles”) y además, “hacen cosas” (“son directos, si tienes un problema, lo solucionan”). ¿La explicación científica? Más allá de lo inmediatamente cultural, la ciencia nos ha recordado en repetidas ocasiones que, efectivamente, hombres y mujeres piensan cosas distintas entre otras razones porque sus procesos cognitivos son muy diferentes.