Santo Domingo.-Los rostros de los dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que acudieron ayer a la misa por el 54 aniversario de esa organización en la iglesia Las Mercedes, se tornaron serios cuando el párroco Kelvis Acevedo comenzó a pronunciar su sermón. “¿Dónde están los profetas del PRD? ¿Dónde está la sangre y el fuego que en el 1961 le dio vida?”, se preguntó el sacerdote, para luego insistir en el porqué han irrespetado la memoria de esos profetas.
Recordó parte de la historia del PRD, desde su llegada al país desde Cuba en 1961 hasta el día de hoy, cuando, según dijo, el partido está en intensivo. “Hace falta no solamente ideas, sino corazón. Hay que pasar del nombre a la persona y de la institución al coraje. Es necesario, no solo mirar con lupa, sino que hace falta profetas que anuncien y denuncien lo malo y lo bueno”, afirmó.
También le recordó a los perredeístas la necesidad de ser fuertes, pero le aclaró que la fortaleza no está ni en los bolsillos ni en las manos, sino en la esperanza que deben darle a la institución. “A lo interno, hace falta profetas que aclaren la verdad, que digan lo que hay que decir y no cohibirse, porque detrás de una institución hay una población que necesita respeto y responsabilidad”, dijo. Y añadió: “El mal de ustedes no está fuera, está dentro. La cosa dañada hay que sacarla”.
Para estas alturas el dirigente perredeísta Julio Mariñez parecía incómodo en su asiento, pues empezó a buscar acomodo y a pasarse una mano por la cabeza.
Al finalizar la misa, subió al pódium el vicepresidente del PRD, Fulgencio Espinal, que reconoció que esa organización ha tenido sus cismas, igual que lo vivió la iglesia en el siglo XVI, pero que están ahí por amor. Y por amor, aseguró, fue que el presidente de esa organización, Miguel Vargas (ausente en la misa porque se encuentra en Nueva York e actividades de la Internacional Socialista), cedió su candidatura presidencial.
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